Compresas de calor reutilizables. Basta con sumergirlas en agua caliente o en una unidad de calor, sacarlas, envolverlas en una toalla y aplicarlas sobre la zona a tratar. Pueden usarse cientos de veces para proporcionar al paciente calor calmante y húmedo, para el alivio causado por artritis, miofribrosis, dolores de espalda, distensión de ligamentos y espasmos musculares.